El conversao que ¿se viene?

augusto-alvarez-rodrich-210x280Un buena noticia pero no exagerar lo que puede dar.

La inesperada rapidez con que está avanzando el diálogo convocado por el premier es una gran noticia para el país, pero cuidado con sobredimensionar su potencial: no esperen más de lo que este puede dar.

La participación de cada vez más agrupaciones implica que el gobierno y la oposición están apostando por un diálogo que los puede beneficiar, que es como deciden los políticos, de aquí y de la Conchinchina.
Ayer, se anunció que, además de las reuniones con Perú Posible y el PPC del lunes y martes, se han sumado Restauración Nacional y Acción Popular. Ojalá que no se olviden de sectores nuevos como Unión Regional o la izquierda, a la cual se dejó de lado, en un error lamentable del gobierno, en la convocatoria para explicar el proceso en La Haya.
Lo más sorprendente del asunto es la velocidad con que está avanzando, lo cual ha generado un cambio de clima político que contrasta con la trompeadera del último año.
Ayer, por ejemplo, el premier Juan Jiménez Mayor reconocía, con tono autocrítico infrecuente en el gobierno, haber caído en la dinámica de la tensión y la desconfianza –“estamos construyendo puentes”–, mientras el ex presidente Alan García lanzaba mensajes muy positivos para el nuevo espacio que se quiere construir: “Muchos se preguntan cómo podemos dialogar si hay tantos adjetivos que van y vienen. Y nosotros respondemos que para los agravios no hay tiempo, para los adjetivos no es el momento”.
García vuelve a demostrar que es el político más ‘mosca’ del país al interpretar, antes que el resto, que este diálogo le ayuda a crear un clima político favorable para él y que, de paso, lo ayuda a ‘vitrinear’ en gran forma sus planes y equipos.
Es todo lo contrario del fujimorismo, cuya confusión en la estrategia política es creciente desde que Vladimiro Montesinos no pudo seguir diseñándoles el camino. Si sigue con la posición que están mostrando hasta ahora, llena de contradicciones –no diálogo, no diálogo con el premier, sí diálogo con el ministro de Economía–, y hasta majaderías, van a ser los grandes perdedores del diálogo que se viene.
Pero el “diálogo que se viene” es complejo y con riesgos. Por ejemplo, no se le debe confundir con el Acuerdo Nacional, que tiene otra lógica y sentido, distinto del de este ‘conversao’ que busca, antes que nada, bajar los decibeles del pleito. Por ello, no se debe tener grandes expectativas del mismo, y su alcance –al inicio, al menos– debe limitarse a eso.
Finalmente, cuidado con reventar el diálogo antes de tiempo con comentarios desatinados como los que se están haciendo en distintas tiendas –Daniel Abugattás, Cecilia Chacón, Rafael Rey– y hasta por parte del presidente Ollanta Humala.

Fuente: La República